Los chupitos de tequila parecían una buena idea anoche, pero ahora ya es de día y te has levantado cansado, perezoso y buscando en Google cómo combatir la resaca. Aunque cualquiera que se haya pasado bebiendo alguna vez sabe perfectamente lo que se siente cuando tienes resaca, ¿te has preguntado alguna vez por qué ocurre?
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Para saber cómo combatir la resaca, no está de más conocer primero la ciencia que hay detrás. Según Harvard Health, el alcohol dificulta la actividad cerebral mientras duermes, y por ello la resaca puede considerarse una forma de privación del sueño. Esto se debe a que el alcohol altera las hormonas que controlan el reloj biológico, por lo que la resaca puede generar un desfase horario. Tu espirituoso favorito también puede provocar dolor de cabeza, así que aunque no dejes de retorcerte y prometas no volver a beber nunca más, en realidad se trata de una migraña inducida por el alcohol.
Aunque los remedios clásicos —beber mucha agua y tomar carbohidratos para reponer los niveles de electrolitos— son bien conocidos, el artículo antes citado hace referencia a una serie de estudios que ofrecen varias soluciones sobre cómo combatir la resaca.
Seguro que ya has leído esto antes. Siguiendo la lógica de esa expresión conocida en el idioma anglosajón como “pelo de perro”, la mejor manera de vencer una resaca es, sencillamente, beber más. Puede que te parezcan divagaciones de viejo borracho, pero según el doctor Robert Swift, investigador del Providence Veterans Affairs Medical Center de Rhode Island, que escribió una serie de artículos sobre la resaca en 1998, puede que haya algo de cierto.
La teoría del "pelo de perro" se basa en la creencia de que la resaca es una forma de abstinencia del alcohol. Por tanto, un trago o dos pueden ayudar a aliviarla. Según Swift, tanto el alcohol como ciertos sedantes (como el Valium) interactúan con los receptores GABA de las células cerebrales, y se ha demostrado que algunas personas experimentan síntomas de abstinencia de los sedantes de acción corta a medida que van desapareciendo. Swift cree que el cerebro reacciona de forma similar una vez que los niveles de alcohol en sangre empiezan a descender. Dicho esto, el “pelo de perro” no es una solución recomendable, porque perpetúa el consumo.
Incluso los más jóvenes frecuentan mucho el baño cuando ya se han tomado un par de copas. Esto se debe a que el alcohol ralentiza la liberación de vasopresina, una hormona que disminuye la cantidad de orina producida por los riñones. Como resultado, lo más probable es que te sientas excesivamente deshidratado en plena resaca. ¿No te has despertado con la boca seca después de una noche movidita? Para ello, toma mucha agua e hidrátate con otras bebidas saludables, como los zumos. Consejo: bebe una botella de agua antes de irte a dormir después de las copas.
Puede que evites los alimentos ricos en carbohidratos cuando estás intentando perder peso. Sin embargo, son una buena forma de combatir la resaca, porque ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre, que tienden a descender cuando se bebe alcohol.
Diversos estudios indican que las bebidas blancas, como el vodka o la ginebra, suelen provocar menos resaca que las bebidas oscuras, como el whisky o el vino tinto. Esto se debe a que este último contiene compuestos químicamente relacionados como el metanol, además del etanol que está presente en todos los tipos de alcohol. Según el doctor Swift, los metabolitos del metanol provocan peores resacas. Si eres de los que tienen una bebida preferida, la próxima vez opta por un gin-tonic, por ejemplo.
Tomar ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE) suele ayudar a aliviar las migrañas y el dolor generalizado que acompaña a la resaca. Sin embargo, algunos de estos AINE pueden irritar aún más el estómago, y el paracetamol puede causar efectos tóxicos en el hígado.
Aunque algunas personas creen que beber café o té puede empeorar una resaca ya de por sí mala, Harvard basa su recomendación en el hecho de que la cafeína puede actuar como estimulante para reducir el aturdimiento que aparece a la mañana siguiente.
Un estudio publicado en The Journal of Clinical Medicine, basado en la alimentación 24 horas antes y después de una gran ingesta de alcohol, descubrió que las personas cuyas comidas y bebidas contenían mayor cantidad de zinc y vitaminas del grupo B experimentaban resacas más leves.
Este artículo se ha publicado originalmente en la edición india de GQ.