El risotto es algo más que un plato: es un icono de la cocina italiana, un símbolo de la comida reconfortante y un alarde de nuestra tradición culinaria italiana. Su cremosidad envolvente y su versatilidad, que permite combinarlo con innumerables ingredientes, hacen que sea un plato muy apreciado internacionalmente. ¿Crees que preparar un risotto perfecto es complicado? ¡Te equivocas! Con unos sencillos pasos y algunos truquitos, tú también puedes preparar un plato a la altura de un auténtico chef italiano. Te mostramos los 5 errores más comunes y los consejos para evitarlos.
El secreto de un risotto perfecto empieza con el tostado. Tostar el arroz sirve para sellar bien el almidón y compactarlo. De este modo, el risotto mantendrá su forma y no se deshará durante la cocción.
¿Cómo tostar bien el arroz?
Un error que hay que evitar absolutamente al preparar risotto es añadir todo el caldo a la vez. El resultado será un risotto soso y demasiado líquido. El secreto está en añadir el caldo poco a poco, y siempre caliente, esperando a que el arroz lo absorba por completo. De este modo, el risotto quedará cremoso y sabroso. Elige un buen caldo, sin un buen caldo no hay un buen risotto puedes elegir entre caldo de carne, de pollo, de verduras o de pescado.
No todos los tipos de arroz son adecuados para preparar risotto. Utilizar arroz de grano largo o arroces exóticos como el basmati, el jazmín o el thai puede comprometer el resultado final, ya que no liberan el almidón necesario para crear la cremosidad típica del risotto.
¿Cuáles son los mejores tipos de arroz para el risotto?
No dejes nunca solo tu risotto el secreto para que quede cremoso reside en tener mucha paciencia y en remover continuamente. Con una cuchara de madera, remueve suavemente el risotto durante todo el proceso de cocción. De este modo, cada grano liberará su almidón, creando una salsa natural que envolverá tu paladar.
La mantecatura es el toque final que marca la diferencia entre un risotto mediocre y uno extraordinario. Este paso consiste en añadir al risotto, y al final de la cocción, mantequilla fría y parmesano(u otros quesos como el pecorino o el grana padano ). Hazlo siempre fuera del fuego, removiendo enérgicamente. Así conseguiremos una cremosidad irresistible y un sabor realmente envolvente.
Ultimos consejos para conseguir el risotto perfecto: