EL RISOTTO PERFECTO: 5 ERRORES QUE NO DEBES COMETER Y CóMO EVITARLOS

El risotto es algo más que un plato: es un icono de la cocina italiana, un símbolo de la comida reconfortante y un alarde de nuestra tradición culinaria italiana. Su cremosidad envolvente y su versatilidad, que permite combinarlo con innumerables ingredientes, hacen que sea un plato muy apreciado internacionalmente. ¿Crees que preparar un risotto perfecto es complicado? ¡Te equivocas! Con unos sencillos pasos y algunos truquitos, tú también puedes preparar un plato a la altura de un auténtico chef italiano. Te mostramos los 5 errores más comunes y los consejos para evitarlos.

1. No tostar el arroz

El secreto de un risotto perfecto empieza con el tostado. Tostar el arroz sirve para sellar bien el almidón y compactarlo. De este modo, el risotto mantendrá su forma y no se deshará durante la cocción.

¿Cómo tostar bien el arroz?

  • Para tostar bien el arroz, basta con dorarlo a fuego medio durante unos minutos en una sartén grande con un poco de mantequilla o aceite hasta que los granos se vuelvan translúcidos.

2. Añadir todo el caldo a la vez

Un error que hay que evitar absolutamente al preparar risotto es añadir todo el caldo a la vez. El resultado será un risotto soso y demasiado líquido. El secreto está en añadir el caldo poco a poco, y siempre caliente, esperando a que el arroz lo absorba por completo. De este modo, el risotto quedará cremoso y sabroso. Elige un buen caldo, sin un buen caldo no hay un buen risotto puedes elegir entre caldo de carne, de pollo, de verduras o de pescado.

3. Elegir mal el tipo de arroz

No todos los tipos de arroz son adecuados para preparar risotto. Utilizar arroz de grano largo o arroces exóticos como el basmati, el jazmín o el thai puede comprometer el resultado final, ya que no liberan el almidón necesario para crear la cremosidad típica del risotto.

¿Cuáles son los mejores tipos de arroz para el risotto?

  • Carnaroli: con su alto contenido en almidón y su capacidad para mantener una textura al dente, el Carnaroli es el arroz que garantiza la máxima cremosidad y sabor a su risotto.
  • Arborio: con granos ligeramente más grandes que el Carnaroli, el Arborio es rico en almidón y perfecto para crear risottos cremosos y envolventes.
  • Vialone Nano: con su forma redonda y su capacidad para liberar abundante almidón, este arroz fino es la elección perfecta para crear risottos gourmet, ricos en sabor y cremosidad.
  • Roma: versátil y fiable, este arroz es ideal para explorar todos los matices del risotto. Su capacidad para mantenerse cocido al dente y liberar la cantidad justa de almidón lo hace perfecto para cualquier combinación.

4. No remover lo suficiente

No dejes nunca solo tu risotto el secreto para que quede cremoso reside en tener mucha paciencia y en remover continuamente. Con una cuchara de madera, remueve suavemente el risotto durante todo el proceso de cocción. De este modo, cada grano liberará su almidón, creando una salsa natural que envolverá tu paladar.

5. Olvidar la mantecatura

La mantecatura es el toque final que marca la diferencia entre un risotto mediocre y uno extraordinario. Este paso consiste en añadir al risotto, y al final de la cocción, mantequilla fría y parmesano(u otros quesos como el pecorino o el grana padano ). Hazlo siempre fuera del fuego, removiendo enérgicamente. Así conseguiremos una cremosidad irresistible y un sabor realmente envolvente.

Ultimos consejos para conseguir el risotto perfecto:

  • Asegúrate de que el arroz esté bien cocido, blando pero aun ligeramente firme en el centro.
  • Apaga el fuego y deja reposar el risotto durante unos 30 segundos: esto ayuda a que el almidón se ligue mejor.
  • Añadir la mantequilla fría (de la nevera) directamente al risotto para crear la emulsión perfecta con el almidón de arroz.
  • Remover enérgicamente con una cuchara de madera hasta que la mantequilla se haya derretido por completo.
  • Rallar abundante Parmigiano Reggiano o Grana Padano e incorporarlo al risotto, removiendo constantemente.
  • Comprueba la consistencia, el risotto perfecto debe ser all'onda (como las olas). Es decir, cremoso pero no demasiado líquido, que cuando muevas la olla, el arroz se mueva como las olas del mar. Si crees que está demasiado espeso, añade un poco de caldo caliente.

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